Nuevas formas de invertir, lo que nadie te cuenta: ETFs versus fondos de inversión

A la hora de invertir nuestros ahorros podemos optar por productos financieros más conservadores como los depósitos o la renta fija, o asumir más riesgo y buscar una mayor rentabilidad recurriendo a la renta variable.

A la tradicional compra de acciones y a la posterior participación en fondos de inversión se ha unido una nueva opción muy atractiva por sus ventajas y que es un híbrido entre ambas, los EFTs o fondos cotizados. Para entenderlos mejor, antes es preciso conocer qué es un fondo de inversión y las diferencias entre ambos, ya que son productos directamente relacionados.

¿Qué es un fondo de inversión?

Un fondo de inversión es un producto financiero que busca simplificar las inversiones reuniendo el capital de un gran número de inversores que delegan la administración de sus ahorros en manos de un profesional de una entidad gestora. Éste toma por ellos decisiones sobre la compra y venta de valores que generen grandes rendimientos para cumplir los objetivos ofrecidos por el fondo a sus inversores.

A medida que los bajos tipos de interés han penalizado a los ahorradores más conservadores, la mayor rentabilidad, liquidez y diversificación que ofrecen los fondos de inversión han contribuido a aumentar su popularidad si bien a la hora de contratarlos ante nuestro banco debemos tener varios factores en cuenta, sobre lo que hablaremos a continuación.

¿Qué debes tener en cuenta a la hora de elegir un fondo?

Existen diferentes tipos de fondos de inversión: de renta fija, de renta variable y mixtos. Lo primero que debemos tener en cuenta son los objetivos, plazos y garantías que ofrece el fondo que nos interese o nos recomienden, para compararlo con otros. El rendimiento no tiene por qué ser siempre predecible y los asesores financieros suelen insistir en que las rentabilidades pasadas no son siempre garantías de rentabilidades futuras. Por ello es importante analizar su comportamiento no sólo con respecto a su índice de referencia sino también compararlo con el de otros fondos que inviertan en empresas de la misma categoría. En este sentido existen diferentes herramientas de los propios bancos para analizar y comparar fondos.

Otro aspecto importante a valorar son las comisiones que nos cobra nuestro banco o agencia independiente, ya que si optamos por un fondo de inversión más conservador que obtenga rendimientos más reducidos corremos el riesgo de que las comisiones puedan incluso superar a las propias ganancias. También debemos tener en cuenta el coste del servicio de asesoramiento financiero del banco o gestora ya que ambos están obligados a indicar claramente estos costes a los clientes.

Por último, es importante valorar en su justa medida la oferta de fondos de nuestra entidad bancaria ya que, cuanto mayor sea ésta, mayor será también la probabilidad de que haya productos más interesantes y con menores costes asociados.

¿Qué son los ETFs y qué tipos hay?

A pesar de que el acrónimo suene extraño, los ETFs son instrumentos de inversión muy sencillos. Un Exchange-Traded Fund o fondo de inversión cotizado es un fondo de inversión que, como su nombre indica, se negocia y cotiza en mercados de valores de la misma forma que las acciones. Es decir, se trata de un producto híbrido que nos ofrece la diversificación de la cartera de un fondo con la flexibilidad que supone poder entrar y salir de ese fondo con una simple operación en Bolsa como haríamos con las acciones.

La principal característica y diferencia con los fondos de inversión tradicionales es que los ETFs se compran y venden en tiempo real en bolsa con las mismas comisiones que cualquier acción, mientras los fondos tradicionales solamente pueden suscribir o reembolsar su valor liquidativo (el valor total de la cartera del fondo menos los gastos, dividido entre el número de participaciones) tras calcularlo al cierre de cada sesión.

La segunda característica de los ETFs es que son fondos indexados y que replican el comportamiento de un determinado índice de referencia, zona geográfica o sector, ya sea el IBEX 35, el Eurostoxx 50 o el Nasdaq 100. Así, según el índice o sector que copien, hay varios tipos diferentes de ETFs

Existen ETFs que reproducen renta fija (deuda, bonos) o renta variable (instrumentos cotizados), ETFs locales, sectoriales (sólo financieras, tecnológicas, etc.), ETFs referenciados a materias primas, divisas, apalancados e incluso inversos (los que reproducen el comportamiento contrario al del índice replicado).

¿Qué ventajas tienen los ETFs?

Una de las principales ventajas de los fondos cotizados es su liquidez ya que ésta es la misma que la de la cartera de valores que componen su índice de referencia. El acceso a ella está garantizado en todo momento a lo largo de la sesión bursátil a través de unos parámetros que han sido establecidos previamente a su admisión a cotización y cuyo cumplimiento está supervisado por la propia Bolsa.

Los EFTs son productos muy accesibles para el inversor ya que no existe una inversión mínima y su compra y venta se realiza a través de los intermediarios financieros habituales y en cualquier momento del horario bursátil, lo que ofrece una gran flexibilidad y transparencia pudiendo saber su cotización en todo momento al estar representando un índice.

Otra característica de los ETFs es su diversificación ya que permiten ampliar las oportunidades de inversión al existir miles de posibilidades donde elegir y al poder operar en diferentes países, regiones, sectores y tipos de activos. Su contratación tiene la agilidad de una simple operación en Bolsa, en tiempo real y con menores comisiones que otros productos de inversión al ser fondos de gestión pasiva que no necesitan un gran número de analistas porque su objetivo es copiar un índice bursátil.

¿Cuál es la mejor opción para ti?

Como siempre que hablamos de posibilidades de inversión, la respuesta debería ser: depende. Depende de tus objetivos, tolerancia o aversión al riesgo, tus expectativas de rentabilidad y de cuando pretendas disponer del dinero. Como consejo podemos recomendarte que no dejes de informarte en tu banco y de investigar sobre los diferentes fondos de inversión y fondos cotizados existentes.