Confinamiento y soledad crónica

Daniel Riobóo Buezo

Según la última encuesta continua de hogares del INE (2018), en España hay 4,7 millones de personas que viven solas, aproximadamente un 10% de la población. De ellas, casi un tercio son mujeres mayores de 65 años. La cifra de personas que habitan solas aumenta cada año en un 1% en parte debido al creciente número de divorcios. En unos casos vivir solo es una decisión propia y deseada, en muchos otros obedece a la imposibilidad de compartir un hogar, por distintas razones. Existe una soledad transitoria y también una soledad crónica.

En España, las estructuras familiares están más extendidas que en otras culturas donde la soledad no buscada, sino la crónica, supone un problema mucho mayor. En Reino Unido hicieron un estudio a nivel nacional en 2018 que cifraba en 9 millones a quienes vivían en soledad. El informe concluía que la soledad está a menudo asociada a enfermedades cardiovasculares, demencia, depresión y ansiedad. También hablaba de un significativo coste económico para el estado en sanidad y presión a los servicios públicos locales. Poco después el gobierno de Theresa May creó una secretaría de estado para la soledad.

MujerEnCasa

En inglés hay dos palabras para definir la soledad: loneliness y solitude. La primera es involuntaria mientras la segunda es voluntaria, una soledad buscada. El castellano solo tiene un sustantivo y la define como la carencia voluntaria o involuntaria de compañía.

Hay quien dice que la soledad es una de las pandemias del siglo XXI. El confinamiento actual durante el estado de alarma nos está haciendo empatizar más con quienes la sufren de forma permanente. Si queremos ayudarles hay distintas opciones de voluntariado. Por ejemplo en Madrid se ha puesto en marcha la iniciativa «Minutos en compañía» en la que puede participar tanto quien necesite compañía como quien quiera ofrecerla.

MinutosEnCompañía

          [Minutos en compañía es una iniciativa puesta en marcha en Madrid]

Por cierto, escribir también es un buen antídoto contra la soledad y el confinamiento. A mi este ejercicio diario me ayuda a llevar mejor la cuarentena aunque no tengo todo el tiempo que me gustaría para hacerlo. Pero pensar cada día un tema, investigar un poco si es necesario y plasmarlo por escrito es una gimnasia mental eficaz y una válvula de escape liberadora y muy recomendable.

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