Daniel Riobóo Buezo Seguir a @danirioboo
La capacidad de adaptación al medio del ser humano es increíble. Dicen los psicólogos que el tiempo en el que nos acostumbramos a una nueva situación o a crear un hábito es de 21 días. Creo que en situaciones excepcionales como la que estamos viviendo con la pandemia del COVID-19 el plazo se acorta.
Hay que alabar la forma en la que la mayoría de la gente se ha adaptado a estar en cuarentena en sus casas. Para hacer más llevadero nuestro confinamiento, los músicos dan conciertos y organizan festivales online en instagram, las bibliotecas ofrecen gratuitamente miles de libros y hasta en los canales deportivos estamos pudiendo revivir gestas históricas como la final del mundial de Sudáfrica o las victorias más épicas de Miguel Induráin.
Pero la capacidad de adaptación también consiste en colaborar en la situación en la medida de nuestras posibilidades, bien sea a través de tu trabajo o dedicando parte de tu tiempo libre. Hoy he leído que se están creando redes de cocinillas que cocinan de forma altruista para los profesionales de la sanidad y les llevan o envían la comida cuando acaban sus turnos agotadores para que no tengan que preocuparse de ello. También tenemos el ejemplo de una jerezana de 84 años que se pasa nueve horas al día cosiendo mascarillas para los sanitarios. Y como estos, hay cientos, miles de ejemplos admirables. Deberíamos dedicarles también un aplauso a todos ellos.