UNA RICA HISTORIA
La historia de Albania es milenaria y, a la vez, sigue muy viva ya que el conflicto de Kosovo aún continúa latente. El Museo Nacional de Historia de Tirana, cuya fachada cubre un fantástico mosaico, relata cronológicamente el dominio de ilirios, griegos, romanos, bizantinos, fascistas, comunistas… Su colección comprende muchos de los tesoros arqueológicos del país y es una magnífica introducción a la sufrida pero rica historia albanesa que nada tiene que envidiar a la de muchas otras naciones europeas.
El pequeño país balcánico también se caracteriza por la pacífica convivencia de cuatro religiones. En Albania, un estado constitucionalmente laico que permite todas las creencias, conviven sin problemas ni tensiones una doctrina islámica tolerante por influencia del imperio bizantino, la católica, la ortodoxa por influencia de Grecia y labektasí, una corriente que mezcla elementos del islam sufí, el cristianismo y el judaísmo. Todas las religiones se profesan discretamente en una armonía que nos sorprenderá, más allá de lo que hayamos podido leer que ocurre en otros países de la zona.

Museo Nacional de Historia de Tirana
PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Actualmente Albania cuenta con dos lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ambos de carácter cultural. El primero es Butrinto, una ciudad al sur del país, cerca de la frontera con Grecia y que fue sucesivamente colonizada por griegos, romanos, bizantinos y venecianos y que, tras ser abandonada en la Edad Media, es hoy un sitio arqueológico de primer nivel con ruinas representativas de las distintas ocupaciones.
Los cascos históricos de Berat y Gjirokastra también son Patrimonio de la Humanidad y una visita obligada. Situada en el sur del país, en el valle del río Drinos, la histórica Gjirokastra es uno de los pocos ejemplos de ciudad otomana en buen estado de conservación. Estructurada en torno a su ciudadela del siglo XII, sus casas turcas (kulles) conviven con otros palacetes posteriores típicamente balcánicos. Una mezquita, varias iglesias, su imponente castillo y el inquietante túnel de la Guerra Fría desconocido por los albaneses hasta 1990 completan la visita a una ciudad encantadora.
Mientras, Berat, a tan sólo hora y media de Tirana, está considerada la urbe más antigua de Albania, ya que data del siglo VI A.C. Atravesada por el río Osum y conocida como “la ciudad de las mil ventanas” tiene hasta tres cascos antiguos: el musulmán Mangalem, Gorica y Kalaja, dentro de la fortaleza medieval situada en la colina más alta de la ciudad.

Shköder
RESTOS ARQUEOLÓGICOS, CASTILLOS MEDIEVALES Y VESTIGIOS COMUNISTAS
Albania es un país con numerosos parques arqueológicos y castillos fruto de las distintas civilizaciones invasoras. Entre los primeros destacan el de Apolonia y el anfiteatro romano de Durrës, ambos a poco más de una hora por carretera de Tirana. Entre los castillos, destaca el de Rozafa, que ofrece impresionantes vistas de la norteña ciudad deShköder, rodeada por el lago del mismo nombre, el más grande de los Balcanes, mientras el de Gjirokastra es uno de los mayores castillos de los Balcanes y es célebre por haber sido utilizado como prisión para los disidentes del régimen comunista. Sus vistas sobre el valle del río Drinos son fantásticas y un caza norteamericano abatido en la segunda Guerra Mundial añade un elemento curioso a su visita.

Los búnkeres están en todas partes
Los vestigios comunistas del régimen de Enver Hoxha son parte inevitable del paisaje albanés. Y es que Albania fue durante muchos años, junto a Corea de Norte, una de las dictaduras comunistas más brutales del mundo, una nación aislada donde prácticamente era imposible salir para los albaneses y entrar para los extranjeros. El resto del planeta solo conocía “su verdad” a través de Radio Tirana, su emisora panfletaria. Hoy en día quedan aún muchas huellas de ese pasado oscuro. Entre ellos, cerca de doscientos mil búnkeres fruto de la psicosis de su tiránico dictador ante cualquier posible invasión exterior y que nos encontraremos continuamente como parte del paisaje así como numerosos edificios de aire comunista y algunos inquietantes túneles construidos durante la guerra fría.

Valle del Valbona
NATURALEZA Y PLAYAS PURAS
La orografía de Albania, con un tamaño similar al de Cataluña, es fundamentalmente montañosa, hasta un 70% del territorio está ocupado por cordilleras, sierras y montescon una altitud media cercana a los mil metros. Entre los mejores destinos de naturaleza figuran los valles de Thethi y Valbona en el norte, de difícil acceso pero merecida recompensa, y sus ríos y lagos alrededor de los cuales se está empezando a desarrollar una incipiente industria de turismo activo. Entre ellos destacan el lago Shköder, compartido con Montenegro y el de Ohrid, un paraje espectacular que comparte frontera con Macedonia.

Valle de Thethi
La “Riviera” albanesa es otro de los grandes atractivos del país. La costa de Albania comprende 360 kilómetros repartidos entre dos mares. Si bien el norte, desde la frontera con Montenegro hasta la bahía de Vlorë, está bañado por el Adriático y reúne enclaves dignos de mención, están más masificados y contaminados por lo que la verdadera joya de la costa albanesa es su costa sur, la del mar Jónico, entre Vlorë y Grecia, conocida como la Riviera albanesa. A pesar de ser más accidentada, entre sus acantilados se esconden preciosas calas y playas incontaminadas como Jal, Borsch y Bunec que aún son casi un secreto.

La Riviera Albanesa, en el mar Jónico
GASTRONOMÍA DELICIOSA Y RICO FOLCLORE
Albania ofrece una gastronomía de primera división debido a la influencia de distintas civilizaciones y conquistadores. La fusión natural y la variedad caracterizan una cocina que mezcla influencias turcas, griegas, balcánicas e italianas. Las materias primas, de tierra y mar, son frescas y de gran calidad y junto a la habitual presencia de hierbas aromáticas permiten elaborar guisos, estofados y carnes horneadas o a la parrilla que harán que nos chupemos los dedos mientras regamos el almuerzo o la cena con vinos del país más que aceptables.
La música y el folclore albaneses tampoco nos dejarán indiferentes. Albania es uno de los países balcánicos con una cultura popular más rica y sus canciones, poesía y coloridas vestimentas convierten las fiestas locales en un auténtico disfrute de las tradiciones autóctonas. En la música albanesa tradicional destacan los cantos de una sola voz en el norte mientras en el sur es típica la música coral, a cappella o acompañados de instrumentos diversos, ya sean gaitas o algunos instrumentos típicos albaneses como ellahuta o el çifteli.

Gastronomía especializada en carnes asadas y estofados
AMABILIDAD ALBANESA Y EL AMBIENTE DE TIRANA
Es difícil encontrar en Europa un pueblo más cordial, hospitalario y abierto como el albanés. Su historia y el hecho de que una parte importante de los albaneses vivan fuera del país han reforzado su sentimiento de acogida y amabilidad y hacen que quieran que el visitante se lleve la mejor opinión posible de su país. La comunicación es realmente sencilla ya que pese a que no entenderemos nada de albanés, una gran parte de la poblaciónhabla italiano, la gente joven se defiende generalmente en inglés e incluso algunos hablan algo de castellano, aprendido en gran medida viendo series y telenovelas en televisión.
Por cierto, si han escuchado hablar de Albania a raíz de mafias, droga, prostitución y delincuencia organizada no teman, no verán ningún rastro de ella. La llamada mafia albano-kosovar debe operar fuera de sus fronteras o ser muy discreta porque viajando por el país es realmente difícil sentir su presencia al igual que tampoco existe la picaresca con los turistas extranjeros, algo digno de valorar hoy en día.

Ambiente en Tirana
Para comprobar el carácter albanés no hay más que dejarse llevar por el ambiente de Tirana. Si bien en el resto del país la vida nocturna es más bien escasa, en la capital la cosa cambia y encontraremos una atmósfera que invita a socializar, especialmente los fines de semana y en verano. Sus mejores cafés, restaurantes, terrazas y elegantes pubs se concentran en el barrio de Blloku y permiten cenar de maravilla por un precio muy contenido, probar el café o la cerveza local (Korça o Tirana) o atrevernos con el raki, la fuerte bebida alcohólica nacional. Si queremos trasnochar, sus divertidos discotecas y clubs (eso si, aún está permitido fumar en los locales) harán las delicias de los noctívagos ya que el carácter amistoso de los albaneses propiciará que podamos conocer gente fácilmente.

El buen ambiente en Albania se contagia
AHORA ES EL MOMENTO DE VISITAR ALBANIA
Pasar unas vacaciones en Albania es mucho más económico que hacerlo en España, incluso sumando el transporte. La mayoría de las conexiones son vía Italia, desde varias ciudades italianas se puede enlazar con compañías de bajo coste que vuelan a Tirana, de momento el único aeropuerto del país. Una vez allí nos daremos cuenta de que los precios son realmente asequibles. Podemos ir a hoteles de gran calidad y comer o cenar en los mejores restaurantes por lo que en España nos costaría hacerlo en alojamientos y locales de categoría media. Lo mismo ocurre con los desplazamientos dentro del país, donde si no se quiere viajar en las habituales furgonetas o autobuses siempre se puede alquilar un coche o contratarlo con chófer pero con cuidado ya que muchos albaneses aún conducen “de aquella manera”.
El mejor momento para descubrir Albania es ahora, mejor en los próximos meses que dentro de unos años. Siempre es mejor visitar un país cuando todavía no es un destino masivo, justo en el momento en el que las infraestructuras turísticas permiten disfrutar de la comodidad pero sin que las hordas de turistas lo invadan. Las autoridades albanesas aún no han apostado por una decidida promoción de sus numerosos atractivos turísticos por lo que Albania aún es un país relativamente desconocido, incontaminado, auténtico y que, sin duda hará que, al terminar nuestra primera visita, enseguida queramos volver.
