Problemas y retos de la liga española de fútbol

Mariano Rajoy dijo hace unos meses que los españoles habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades y que no se podía gastar ni un euro más de lo que se ingresaba, haciendo de la austeridad la seña de identidad de su gobierno. Pero dejando de lado la política, su afirmación se ajusta perfectamente a la situación actual del fútbol español. Y es que, al igual que las administraciones públicas, los clubes han vivido por encima de sus posibilidades durante muchos años. Y pasada la fiesta del derroche, la resaca ha dejado deudas gigantescas, clubes en concurso de acreedores e incluso ha provocado desapariciones de equipos como el Salamanca, refundado ahora bajo otro nombre para enfado de los aficionados. O la supervivencia in extremis de históricos como el Deportivo de la Coruña o el Racing de Santander, con retrasos en el pago de las nóminas a sus jugadores, un caso que también se dio en el modesto Mirandés cuyos jugadores se implicaron para conseguir el aval que permitiera que el club pudiera seguir en segunda división.

Hasta hace no demasiado, el tradicional duopolio Real Madrid-FC Barcelona (32 títulos para los blancos y 22 para los blaugrana) solía romperse cada pocos años. Así, en los 80 el Athletic y la Real Sociedad lograron quitarles hasta cuatro ligas. Y aunque en los 90 sólo el Atlético consiguió romper su supremacía con su doblete en el año 96, el Deportivo de la Coruña y el Valencia a punto estuvieron de hacerlo, algo que sí consiguieron en la primera década del siglo XXI el Súper Dépor como primer campeón y el pujante Valencia en 2002 y 2004. Desde entonces, y esta puede ser la décima temporada consecutiva, Barça y Madrid se han repartido todos los títulos (seis para los culés y tres para los merengues) superando cada año nuevos récords de puntos y goles mientras el resto de equipos se han resignado a competir por la tercera plaza. De ganar uno de ellos la liga de nuevo sería algo único desde que arrancó en 1929, diez temporadas consecutivas con uno de los dos grandes llevándose el título, algo que no habla muy bien de la igualdad en la competición.

Las deudas con Hacienda y la Seguridad Social

El principal problema del fútbol español en estos momentos es su ingente deuda, especialmente con Hacienda. Así, los clubes de fútbol que son Sociedades Anónimas Deportivas deben a Hacienda 673 millones de euros, según la última cifra dada a conocer en 2013. De ellos, más de 500 millones corresponden a equipos de primera división y el resto a los de segunda división. Pero esa cantidad es aún mayor ya que en ella no se computa la deuda acumulada por Real Madrid, Fútbol Club Barcelona, Athletic de Bilbao y Osasuna, ya que estos clubes no están constituidos como Sociedades Anónimas Deportivas. Además, la deuda a la seguridad social engorda aún más estas cifras ya que según la última información facilitada por este organismo, su deuda con la Seguridad Social asciende a 16,6 millones de euros. Así, solo podemos concluir que el fútbol español ha vivido claramente por encima de sus posibilidades y sólo un trato de favor por parte de las administraciones les permite aplazar el pago de sus deudas.

¿Será la del fútbol español la próxima burbuja que pinche? (Foto: conddedeporte.com)
¿Será el fútbol español la próxima burbuja que pinche? (Foto: conddedeporte.com)

 

El injusto reparto de los derechos televisivos

Ya sea por el interés mediático en una polarización Madrid-Barcelona, por su dimensión como clubes globales e iconos del marketing deportivo o por el injusto y abusivo reparto de los derechos de televisión, la liga se ha convertido en un asunto entre dos, algo que empieza a aburrir a muchos aficionados que reclaman cambios. Injusto sí, y mucho, aunque por otra parte consentido por el resto de equipos de la primera división que aceptaron un reparto a todas luces desproporcionado en favor de los dos grandes, por muchos ingresos y expectación que generen. Para comprenderlo y compararlo con otras grandes ligas europeas, mejor resumirlo con una imagen (y unas cifras) que, ya se sabe, en ocasiones vale más que mil palabras.

La distribución por ingresos entre los clubes españoles es totalmente desigual comparada con la de otras ligas europeas (Foto: FutbolfFinanzas.com)

La piratería, la pérdida de abonados y el precio de las entradas

Pero hay más problemas que influyen en la dificultad de que los clubes aumenten sus ingresos (o disminuyan sus pérdidas). Por un lado, la piratería de las señales de televisión por internet, que impiden a las plataformas propietarias de los derechos y, en consecuencia, a los propios clubes ingresar más dinero. Además, según Javier Tebas, el presidente de la liga de Fútbol Profesional, este hecho y no los múltiples horarios de los partidos es lo que hace que los equipos sigan acusando un paulatino descenso en sus ingresos por abonos y entradas mientras la asistencia a los estadios sigue cayendo y su media de ocupación ya no alcanza el 70%. Este problema probablemente se solucione con la aplicación del nuevo Código Penal que establece penas de prisión de hasta seis años para los propietarios de webs de enlaces. Se trata de un problema de concienciación pero sin duda es comprensible en tiempos de crisis y más con el precio de las entradas en los estadios, totalmente desproporcionado y más con la situación económica existente.

La asistencia a los estadios ha descendido drásticamente. El del Getafe no alcanza normalmente la mitad de su aforo.
La asistencia a los estadios sigue descendiendo en España. El del Getafe no alcanza normalmente la mitad de su aforo.

Alemania como ejemplo

Si hay una liga que ha hecho bien los deberes en los últimos años ha sido Alemania y así, la Bundesliga es ahora mismo la liga con la mejor salud económica de Europa. En 2002, el operador televisivo que proporcionaba un tercio de sus ingresos a sus clubes (Kirch Media) quebró y la competición alemana decidió reinventarse para adaptarse a la realidad económica y, poco más de diez años después, puede presumir de resultados envidiables. Es la segunda liga que más ingresos genera tras la Premier League y la que mayor asistencia tiene a los estadios (más de un 90%). Esto es posible por los precios asequibles de las entradas ya que es posible ver un partido de primer nivel por menos de veinte euros (menos de la mitad que en España). Otras medidas exitosas: el reparto justo de los derechos televisivo y la obligación de estar al día con sus obligaciones fiscales, lo que permite que los clubes estén saneados económicamente. Y en lo deportivo, la apuesta por la cantera y el fútbol ofensivo garantiza un espectáculo y una liga más igualada que ha tenido cinco campeones diferentes en los últimos diez años. Sí, cuando hablamos de su liga de fútbol, Ángela Merkel sí puede presumir.

El Borussia Dortmund puede presumir de llenos continuos en su estadio, algo habitual en la Bundesliga.
El Borussia Dortmund puede presumir de llenos continuos en su estadio, algo habitual en la Bundesliga.

La apuesta por la cantera ante la emigración y las deudas

En los últimos años España, en parte gracias a la crisis económica de los clubes, se ha convertido en un país exportador de la materia prima del fútbol, sus futbolistas, algo a lo que ha contribuido el fomento del fútbol base y el éxito de la selección española. El principal destino es Inglaterra aunque ligas antes prácticamente vetadas como el Calcio o la Bundesliga cada vez acogen a más peloteros españoles de primer nivel y actualmente los internacionales españoles que no juegan en los dos grandes lo hacen en estas ligas. Mientras, otros jugadores más modestos también deciden emigrar y probar suerte en ligas más modestas con una presencia cada vez mayor como la griega (con 28 españoles), la chipriota (19) o la de Hong Kong (10) contabilizándose actualmente más de 200 futbolistas profesionales españoles jugando en el extranjeroLa imposibilidad de gastar tanto en fichajes y la fuga de talentos está haciendo que los clubes vuelvan de nuevo a apostar por la cantera y así podemos ver casos exitosos como los de la Real Sociedad o el Real Betis, una apuesta a la que el Valencia, acuciado por la deuda, también está dispuesto a sumarse.

Ante la crisis, los clubes vuelve a aportar por la inagotable cantera española
Presionados por la deuda, los clubes vuelve a apostar por la inagotable cantera española. (Foto: Sefutbol.com)

El nuevo desafío: conseguir una liga más equilibrada y sostenible

Así, los problemas indican los retos a conseguir. El primero, que los clubes se pongan paulatinamente al día con Hacienda y la Seguridad Social y no puedan gastar por encima de sus ingresos estableciéndose un tope para su gasto en fichajes, algo que ya se está controlando desde la Liga de Fútbol Profesional y que empieza a surtir sus primeros efectos con el control financiero sobre los clubes aunque en un primer momento sólo está siendo posible solucionarlo mediante la venta de las estrellas de varios equipos (Atlético de Madrid, Sevilla, Valencia, etc.). Conseguir que los equipos no gasten más de lo que ingresan es necesario y conveniente aunque reduce aún más sus posibilidades de poder competir con los dos grandes y en Europa. Algo que puede solucionarse parcialmente con un reparto más justo de los derechos televisivos y con una mayor proyección internacional de la liga de fútbol, uno de los objetivos y para lo que desde la pasada temporada se disputan partidos en todas las franjas horarias, desde por la mañana (en busca del mercado asiático) a muy tarde (para consolidar el americano) intentando vender «el producto» a los diferentes mercados potenciales. En este sentido, el éxito a nivel mundial de la Premier League inglesa es el modelo a seguir y Real Madrid y FC Barcelona los estandartes de la expansión con sus fichajes mediáticos y sus plantillas galácticas a la cabeza. La otra solución que baraja la Liga de fútbol profesional para rebajar la deuda de 2700 millones de euros de los clubes es una mayor participación de los fondos de inversión como fuente de financiación de los clubes una vez que estén regulados.Otra posible medida sería establecer topes salariales por equipo como hace la NBA para conseguir una mayor igualdad aunque esta posibilidad ha sido descartada por el momento. Posibles soluciones todas para intentar conseguir una liga más sostenible y equilibrada, que permita que los clubes no tengan que declararse en bancarrota y que nos devuelva poco a poco la emoción que parece haber perdido en los últimos años.

«La gran familia española» y otras comedias agridulces sobre fútbol

Al fútbol le falta hasta ahora una obra maestra en el cine, una película que esté a la altura de las pasiones que el deporte rey es capaz de generar en todo el mundo. “La Gran familia española”, la última obra de Daniel Sánchez Arévalo quizá tampoco lo sea pero sí es una historia fresca, divertida, conmovedora y en definitiva muy recomendable. En parte porque nos recuerda uno de los momentos cumbre del deporte español, la noche del 11 de julio de 2010 en la que Andrés Iniesta convirtió por fin nuestros sueños en realidad mientras llorábamos frente al televisor o algunos afortunados nos abrazábamos en el frío Johannesburgo. En aquel momento, después de una espera que creíamos eterna, por fin el fútbol brindaba a España la oportunidad de acceder al trono futbolístico mundial, el orgasmo soñado tras tantos años de gatillazos.

Y es que la acción de «La Gran familia española» transcurre durante unas horas, las de antes, durante y después de una boda que casualmente coincide con la final del mundial de fútbol de Sudáfrica. Durante aquella inolvidable jornada, una familia disfuncional con cinco hermanos con nombres de resonancias bíblicas Adán, Benjamín, Caleb, Daniel y Efraín (homenaje cinéfilo a «Siete novias para siete hermanos») se va a enfrentar a un momento decisivo en sus vidas: la boda del más joven, fruto de una promesa infantil y que los reúne cara a cara frente a sus secretos, sus dudas existenciales, sus miedos…Juntos para cumplir el sueño del padre, un deseo que por momentos puede truncarse…Y hasta aquí podemos contar. El cuarto largo de Daniel Sánchez Arévalo tras “Azuloscurocasinegro”, “Gordos” y “Primos” repite algunas constantes de su cine como la mezcla de comedia y drama, los diálogos frescos y creíbles y algunas caras habituales en sus películas. Así, vuelven a bordar sus papeles Antonio de la Torre y Quim Gutiérrez (también Raúl Arévalo en un breve cameo al más puro estilo de «El guateque») mientras el director adopta en esta ocasión para su familia española a unos convincentes Verónica Echegui o Roberto Álamo. Además se rodea de brillantes fichajes a seguir como Miquel Fernández y los jóvenes Patrick Criado, Arancha Martí y Sandra Martín en una cinta que será una de las más taquilleras de la temporada de otoño y aspira a representar a España en los próximos Óscar.

No es la primera vez que Daniel Sánchez-Arévalo trata el fútbol, aunque anteriormente lo había hecho en un corto sin mayores pretensiones. En esta ocasión, la final del mundial de 2010, aparece como el telón de fondo que contextualiza una historia, como ya ha ocurrido antes en el cine en algunas películas notables, comedias que no se ocupan expresamente del fútbol pero que sí lo utilizan como hilo conductor de la historia para mezclarlo con los problemas emocionales de sus personajes y juntar así a ganadores y perdedores en un partido dramático a la vez que cómico, en estos casos una fórmula ganadora.

Las comedias dramáticas con el fútbol como argumento

Y es que el fútbol nos ha dejado, si no aún una obra maestra absoluta, sí grandes películas como «Evasión o Victoria» si bien la película de John Houston es un drama carcelario y épico en toda regla. Pero en los últimos años se han rodado brillantes comedias dramáticas con el fútbol como argumento. Empezamos nuestro repaso con «Fuera de Juego» (David Evans, 1997),  la adaptación a la pantalla de la magnífica novela autobiográfica de Nick Hornby  «Fiebre en las gradas» (guionista también de la cinta). Se trata de una original comedia romántica sobre un triángulo amoroso de lo más curioso, el formado por un chico, una chica y un equipo de fútbol. En ella, un apasionado sufridor de un entonces mediocre Arsenal se enamora locamente de una enemiga acérrima del fútbol, algo que generará sentimientos encontrados. Una historia no tan alejada de la vida misma de tantos aficionados a los que su pasión obsesiva puede crear serios problemas para conseguir que su pareja comprenda que  en ocasiones tiene que compartirlo con su otro amor, el de sus colores deportivos, una razón de ser y de vivir que puede dar lugar a diferentes conflictos.

De Inglaterra también llegó «Quiero ser como Beckham» (2002), una historia de la directora británica Gurinder Chadha que pone frente a frente el deseo por jugar al fútbol de una chica de origen indio (Parminder Nagra) y a sus conservadores padres que lo ven como algo totalmente fuera de lugar. Por añadidura, la chica, y también su mejor amiga (Keira Knightley), se enamoran del hombre equivocado para su familia, su entrenador, interpretado por el rompecorazones irlandés Jonathan Rhys-Meyers. Es una pequeña película que trata las expectativas familiares y culturales hacia la mujer  con emoción y humor y consigue transmitir un mensaje de tolerancia. Una pequeña joya a la que, tras su estreno en 2002, el boca a boca convirtió en la comedia más taquillera de la historia del cine británico hasta ese momento.

Antes de «La gran familia española», el fútbol ya había servido de inspiración en España a una comedia con un gran éxito comercial. «Días de fútbol» (2003) supuso el bautizo en la dirección de David Serrano y trata la historia de un grupo de treintañeros a los que la vida no les va precisamente como habían pensado y que, como posible solución para empezar a cambiarla, no se les ocurre nada mejor que volver a montar el equipo que tenían en su juventud para intentar sentirse ganadores, aunque sea de un simple trofeo de fútbol 7. La historia es muy ocurrente aunque también agria por momentos y de nuevo toca un tema, el de los perdedores que quieren ser ganadores, muy presente, tanto en el fútbol como en el cine y, al fin y al cabo, en la propia vida. La película tuvo un gran éxito de taquilla y lanzó al estrellato, Goya incluido, a Fernando Tejero que dos años después repetiría protagonismo (en este caso absoluto) en otra película con el deporte rey como hilo conductor, «El penalti más largo del mundo» (Roberto Santiago, 2005), una comedia costumbrista que adapta un relato del escritor argentino Osvaldo Soriano y que en este caso no gozó de tanto favor de crítica y público.

Mientras, desde México nos llegó en 2009 «Rudo y Cursi», la primera cinta dirigida por Carlos Cuarón, el guionista de «Y tu mamá también», la película que lanzó al estrellato a Gael García Bernal y Diego Luna. En la obra, Beto y Toto son dos hermanos que sueñan con escapar de la pobreza convirtiéndose en futbolistas profesionales. Dos caracteres totalmente diferentes e incompatibles ya que uno es Rudo, un machote en toda regla, y el otro Cursi, un guaperas algo ñoño y con vocación de cantante de norteñas. La historia nos muestra la rivalidad fraternal en un mundo tan competitivo como el del fútbol profesional y también aborda los entresijos de la fama dejando claro que la gloria, en el fútbol, puede tener un precio alto, el de perder la cabeza cuando se alcanza cierto estatus. Ha sido una de las películas más taquilleras del cine mexicano reciente y de nuevo mezcla muy acertadamente comedia y drama.

La crisis desnuda al deporte español

El deporte no es ajeno a la crisis económica y, en los últimos años, cada vez son más los clubes o los profesionales que se encuentran desamparados ante la retirada de patrocinadores y ayudas  ya que los ingresos por entradas y abonos son insuficientes para cubrir sus presupuestos. La reciente desaparición de un histórico del balonmano español como el Atlético de Madrid (heredero del triunfal Ciudad Real) ha impactado a los aficionados este verano y, poco después, sólo la aportación in extremis de Fernando Alonso ha permitido que un clásico del pelotón ciclista internacional como el Euskaltel Euskadi pueda seguir existiendo. El gran gesto del piloto permitirá al veterano equipo vasco seguir compitiendo aunque ahora debe encontrar un nuevo patrocinador y, por tanto, cambiará de nombre y estará radicado en Asturias. Pero la aparición de un mecenas a última hora suele ser la excepción y no la norma.

La alegría de la Copa del Rey le duró poco al Atlético ya que poco después desapareció.
La alegría de la Copa del Rey le duró poco al Atlético de Madrid de balonmano ya que poco después desapareció.

 

Los equipos que la crisis se ha llevado 

En los últimos años los problemas económicos han aflorado en prácticamente todos los deportes en España y son numerosos los clubes que se han visto obligados a desaparecer o refundarse. Por recordar sólo algunos casos, en fútbol el histórico Salamanca ha desaparecido y se ha refundado bajo un nuevo nombre y estructura, algo que no ha contentado en absoluto a sus seguidores. Otros equipos también han perdido la categoría por sus deudas como el Guadalajara, Puertollano, Ceuta, Denia, Palencia y Badajoz, algo que podría afectar próximamente a más clubes de primera y segunda división ya que las deudas de la mayoría con Hacienda son ingentes y sólo el trato de favor de la administración impide que aún puedan quebrar más. En baloncesto, el en su momento poderoso Akasvayu Girona se vio directamente afectado por la crisis inmobiliaria ya que su mecenas era una constructora que ante la crisis cortó por lo sano su apoyo abocando al equipo a su desaparición. Algo que evitó in extremis el Lucentum Alicante, que ante sus penurias económicas tuvo que vender su plaza en la ACB al Club Baloncesto Canarias, un fenómeno que viene repitiéndose en la liga de baloncesto. Además, otros equipos están a la espera de un patrocinador salvador como el Club Baloncesto Valladolid.

Pero los problemas económicos se han cebado especialmente con el deporte femenino por su menor capacidad para generar ingresos, algo debido en gran parte a la falta de atención mediática (su presencia en los medios de comunicación en España es de poco más del 2%). En el baloncesto español, el club más laureado de su historia, el Ros Casares Valencia, tuvo que volver a las categorías base justo después de proclamarse campeón de liga y de Europa, un auténtico drama.

Tras ser campeón de Europa, el Ros Casares se vió obligado a desaparecer de la máxima categoría por problemas económicos.
Tras ser campeón de Europa, el Ros Casares desapareció de la máxima categoría por problemas económicos.

Dos de los deportes que más han sufrido la crisis han sido el balonmano y el voleibol, que han visto como numerosos clubs históricos desaparecían. En balonmano, además del Atlético de Madrid, también lo han hecho en los últimos años el San Antonio de Pamplona, el equipo de Santander o el de Torrevieja mientras históricos como Valladolid o León subsisten con muchas dificultades a la vez que  continúa el éxodo de estrellas hacia el extranjero. En el femenino, el equipo de Elda abandonaba la máxima categoría y hacían lo mismo sus compañeras de Burgos y Cantabria en voleibol, lo mismo que ha ocurrido con el Guadalajara en categoría masculina.

Los clubes de los deportes más humildes, pese a necesitar un menor presupuesto para sobrevivir, también sufren la crisis y la fuga de patrocinadores que, en situaciones de penuria económica, en lo primero que recortan es en publicidad y esponsorizaciones. Entre ellos, el Club de Tenis de Mesa Caja Granada, el más exitoso de la historia del ping-pong nacional y que firmó su defunción al retirar su patrocinio la entidad financiera que le daba nombre. Y es que las Cajas de Ahorros, grandes mecenas en su momento de muchos equipos, han ido retirando sus patrocinios paulatinamente tras sus fusiones y la reestructuración del sector.

El copago llega a las federaciones deportivas

Pero los problemas no sólo afectan a los clubes. Los recortes a todos los niveles en la administración también han afectado a los deportistas internacionales. Las becas de Ayuda al Deporte Olímpico han sufrido recortes y si antes un buen resultado (medallista o finalista) aseguraban la beca ADO hasta los siguientes Juegos, ahora son renovables desde el segundo año en función de los resultados conseguidos en cada gran campeonato. Y al igual que la administración tiene retrasos a la hora de pagar a sus proveedores, lo mismo ocurre con estas becas. Como prueba, Saúl Craviotto, medallista de plata en piragüismo en Londres y recientemente bronce mundial que asegura llevar nueve meses sin cobrar su beca ADO. Un caso parecido al del gimnasta Isaac Botella, sexto en la final de salto de Londres, sin cobrar desde enero y que recientemente declaraba que tenía que pedir dinero a sus padres hasta que le pagaran lo que le corresponde por su beca olímpica.

Saúl Craviotto, doble medallista olímpico, ha estado nueve meses sin cobrar su beca ADO.
Saúl Craviotto, doble medallista olímpico, ha estado nueve meses sin cobrar su beca ADO.

Y si los medallistas o finalistas olímpicos se han visto perjudicados, los que no llegan a esa categoría, aún más. Recientemente tres gimnastas españolas (Eugenia Onopko, Natalia García y Andrea Pozo) y sus familias han tenido que pagar de su propio bolsillo su asistencia al campeonato del mundo de gimnasia rítmica de Kiev, un problema al que también se enfrenan los judocas españoles o los jugadores de hockey sobre hierba, badminton o piragüistas como Carlos Pérez Rial, campeón olímpico en Pekín 2008 y que hace poco se quejaba amargamente. Y es que las Federaciones de deportes minoritarios han visto sus presupuestos drásticamente recortados y cada vez optan más por fórmulas de copago para acudir a los campeonatos. Incluso disciplinas más mayoritarias se ven también afectadas, como el atletismo en el caso de Fani Fortes, campeona de España de heptatlón y a quien, tan solo una semana después de obtener su título, se le retiraba la beca que le permitía entrenar en el Centro de Alto Rendimiento de San Cugat del Vallés (Barcelona). 

 El ingenio para buscar la supervivencia

Así, los clubes buscan todo tipo de iniciativas para encontrar un patrocinador y poder sobrevivir. Y los deportistas, ante la posibilidad de perder su empleo y tener que abandonar su vocación, hacen lo posible para ayudar a encontrar los fondos necesarios. Uno de los últimos ejemplos, el del club de hockey patines Igualada, cuyas jugadoras han posado semidesnudas en busca de un patrocinador y de recaudar fondos para poder participar en la OK Liga. Su eslógan, de lo más explícito: «No nos dejes en pelotas, danos vida».

Otros equipos también han tenido que utilizar la imaginación para poder sobrevivir. Por ejemplo, el equipo ciclista femenino Bizkaia Durango tuvo que recurrir a realizar sorteos para poder recaudar fondos y participar así en el último Giro de Italia, ya que el ciclismo femenino palidece al lado del masculino en España. Otro caso curioso ha sido el del Básquet Manresa que, antes de encontrar un patrocinador, llegó incluso a promover un crowdfunding para recaudar dinero. Entre sus recompensas ofrecían a los mecenas entrenar o viajar con los jugadores del equipo.

La esperanza del empujón olímpico y la ley de mecenazgo

Sin duda Madrid 2020 podría ser la tabla de la salvación a la que se agarren muchos clubes y deportes para poder sobrevivir. Especialmente las disciplinas minoritarias, aquellos que solo aparecen en los medios y tienen repercusión cuando llegan los Juegos Olímpicos cada cuatro años y que son los que más apoyo público necesitan. Así, el deporte volvería a recibir una inyección económica estatal y los patrocinadores sin duda estarían más motivados para invertir en él. Otro pilar para su recuperación debería ser la tan prometida y todavía sin aprobar Ley de Mecenazgo, siempre que incluya incentivos fiscales para los que invierten en un deporte necesitado de buenas noticias económicas porque que las relativas a los éxitos ya las aportan los deportistas.